Kiñe xekan alka, wiñotuy antv... (a tranco de gallo vuelve el sol) I parte

Son las 10 de la noche y el frio de Santiago de chile contrasta con el calor de la fogata en la que nos cobijamos, hay ramada, pero es para Lafken y Ayelen, dos hermanitos de 2 y 4 años que duermen en un colchon que solo alcanza para ellos.

por Reportero del Aire, desde Santiago de Chile

El Lelfvn (lugar sagrado) esta oscuro, ligeramente iluminado por los tres fogones que arden para pasar el frío. son las luces naturales. Las otras luces que iluminan mas arriba son las de una mega universidad ubicada en plena pre-cordillera de los andes llamada "Carlos Ibañez Del Campo" (fundador de carabineros de chile) exclusiva para jovenes estudiantes con mucho poder adquisitivo, una mega obra comandada por Sebastian Piñera, ex candidatro a presidente, diputado nacional, accionista de Blanco y Negro S.A, (Colo-Colo) y de la aerolinea LAN, y dueño del 25% de la isla de Chiloé. mas abajo tenemos las luces de la cuidad de Santiago, capital del país, luces que no duermen, que no se apagan hasta que sale el sol. Con toda esa contaminación, un grupo de mapuce decide celebrar el inicio de un nuevo ciclo, una nueva etapa que comienza justo con el solsticio de invierno, el día 24 de junio, el día en que la noche se hace mas larga y los nuevos brotes comienzan a surgir desde las entrañas de la tierra.


ahora son las 12 de la noche, y la ceremonia comienza. Las zomo (mujeres) están adelante acompañando a la Pijan Kuse (autoridad filosofica) una viejita llamada Luisa Wencho, quien lleva adelante la ceremonia, es la encargada de comunicarse con los distintos Newen del lugar y contarles por que estamos ahí, que venimos a renovar ese compromiso de ser los guardianes de la tierra, de ser parte de ella, y no dueños como piensan muchos. "nosotros somos parte de la tierra, no dueños de ella, no la queremos para lucrar, sino para vivir", me comentaría después Mewlen, una mapuce que lleva mas de 7 años celebrando esta ceremonia en la cuidad.


La ceremonia dura mas de una hora, a pesar del frío nadie se queja, ni reclama, la pijan kuse hace bailar su kulxum en su brazo, y al ritmo de las xuxukas y pifvjkas seguimos renovando fuerzas, y renovando ese compromiso. Apenas concluye, la pijan kuse Luisa se sienta un banquito, por que el esfuerzo es mucho, y sus brazos y piernas no dan más.


Yo tengo mi makuñ (manta), pero el frío y la helada nos va rodeando cada vez más, y debemos aguantar toda la noche, al lado del fuego, con mate y sopaipillas, charlando, contando historias, recordando cosas y comentando lo bien que resulto la ceremonia, sin acordarnos que al otro día, apenas despunte el alba, debemos continuar con la segunda parte de la ceremonia, a pesar del frío y las luces.